Ahora, en un giro esperado, se dedica a tirar flores a Axel Kicillof, la figura peronista que emerge como el gran ganador tras los comicios. El cambio de camiseta de Jalil no es ninguna sorpresa, pero sí un ejemplo de manual de cómo se juega en la política criolla.

Durante el último año y medio, fue un pilar clave para que el ajuste de Milei avanzara, avalando medidas que beneficiaron a grandes empresarios mientras los sectores populares pagaban el costo. Su apoyo al RIGI y a la Ley Bases fue clave para que el gobierno libertario pudiera sostener su plan, alineado con las exigencias del FMI.

Sin embargo, la debacle electoral de Milei, que dejó al gobierno tambaleando y sin rumbo claro, lo llevó a pegar un volantazo. De la noche a la mañana, Jalil pasó de ser un fiel escudero del presidente a aplaudir a Kicillof, buscando subirse al carro del peronismo ganador.

Mientras tanto, el peronismo colaboracionista, que durante meses fue cómplice del ajuste, ahora busca reposicionarse frente a un escenario político que cambió de un plumazo.