La medida, que afecta a miles de estudiantes, pone en evidencia la desidia del gobierno provincial y nacional en garantizar infraestructura básica para la educación.

El comunicado oficial del Ministerio de Educación, a cargo de Dalmacio Mera, justifica la suspensión por “las condiciones climáticas adversas” y la necesidad de “proteger la salud de estudiantes, docentes y personal no docente”. Sin embargo, no menciona avances concretos en la resolución de un problema crónico: la falta de inversión en calefacción en las escuelas.

Según datos del Observatorio de Argentinos por la Educación, muchas escuelas de la provincia carecen de sistemas de calefacción adecuados, lo que obliga a los estudiantes a asistir a clases en condiciones precarias, abrigados con frazadas, o directamente a perder días de clase, como ocurre ahora.

Esta situación no es nueva, pero sí resulta indignante a la luz de la inacción gubernamental. Mientras el gobierno provincial, encabezado por Raúl Jalil, y el nacional, bajo la gestión del prescindente Javier Milei, recortan fondos educativos, las escuelas de Catamarca siguen sin las condiciones mínimas para funcionar en invierno.

En 2023, la provincia ya estaba entre las provincias que no cumplían con el mínimo de 190 días de clases estipulados por el Consejo Federal de Educación, y la suspensión de este lunes agrava aún más el déficit educativo.

El hipócrita de Roberto Baradel

En 2019, cuando la gobernadora de Buenos Aires era María Eugenia Vidal, el líder de SUTEBA, Roberto Baradel, organizaba un “#Frazadazo” para denunciar las condiciones precarias de las escuelas bonaerenses.

Sin embargo, hoy, ante una situación idéntica en la provincia, donde el gobierno provincial comparte el signo político del kirchnerismo que Baradel históricamente respaldó, el sindicalista no ha emitido una sola palabra de crítica.

Este silencio asqueroso contrasta con su actitud durante la gestión de Cambiemos, cuando no dudaba ni un poco en convocar paros y movilizaciones.

En 2024, el mamarracho de Baradel reapareció tras años de bajo perfil durante el gobierno de Alberto Fernández, exigiendo paritarias nacionales y amenazando con paros, pero su discurso parece desvanecerse cuando los responsables son gobernadores alineados con su ideología.