Raúl Jalil, el gobernador que juega a las escondidas: por Zoom con Cristina Y en la vida real con Milei


Raúl Jalil es el ejemplo perfecto de lo que pasa cuando un burócrata tibio y funcional intenta jugar a dos puntas. Ayer se conectó por Zoom a la reunión de gobernadores peronistas para dar su “apoyo irrestricto” a Cristina Kirchner, la condenada más mimada del país.
Desde la comodidad de su sillón, sin despeinarse ni enfrentar a la gente en la calle, Jalil mandó su carita a la videollamada como si eso lavara sus culpas. Como si eso alcanzara para tapar el desastre que tiene montado en Catamarca.
El Consejo Nacional del @p_justicialista, diputados y senadores nacionales, junto a los gobernadores @insfran_gildo, @GZamoraSDE, @Kicillofok, @QuintelaRicardo, @ZiliottoSergio, @gustavomelella y @RaulJalil_ok.
— Wado de Pedro 🇦🇷 (@wadodecorrido) June 17, 2025
Mañana a las 14hs, todos a la Plaza.#ArgentinaConCristina 🇦🇷 pic.twitter.com/8X2cWgAC7e
Mientras se hace el kirchnerista vía Wi-Fi, en su provincia aplica el manual del presicenten Javier Milei con más disciplina que Luis Caputo: ajuste, recorte, entrega de recursos y negocios opacos con las mineras.
Jalil no solo no enfrenta a Milei: lo aplaude de costado. ¿O acaso nos olvidamos de sus guiños al Gobierno nacional mientras Catamarca se desangra en pobreza estructural? Hoy la provincia está entre las más empobrecidas del país, con un Estado ausente que ni siquiera garantiza agua potable en varios departamentos.
Pero eso sí: cuando se trata de figurar en una reunión política para mostrar “unidad”, Jalil aparece como holograma. Es la definición viviente de la cobardía política: no va a la marcha, no pone el cuerpo, no defiende a su gente.
Solo se arrima cuando hay una foto partidaria, un Zoom, un flyer que lo incluya. ¿Raúl Jalil gobernador? No. Jalil es un oportunista que simula gobernar mientras negocia su permanencia a pura traición, represión encubierta y una gestión tan invisible como su compromiso real con la democracia.