VIDEO | Vacaciones... ¿con permiso de Jalil?: la intendenta caradura que se rajó al Caribe pidió perdón

Mientras Valle Viejo se cae a pedazos, Susana Zenteno, la intendenta ultraK que responde al obediente gobernador Raúl Jalil, decidió que lo más urgente en su agenda era tomarse unos días para tirarse panza arriba en el Caribe. No avisó, no firmó nada, desapareció. Y cuando la pescaron, no encontró mejor defensa que un clásico: “Fue un error administrativo”.
La señora se ausentó del cargo desde el 22 de mayo sin notificación oficial al Concejo Deliberante. Dijo que se había ido a Córdoba con su hija. Pero ¡oh sorpresa! Un medio local confirmó que estaba bien lejos de las sierras: descansaba en un resort cinco estrellas de República Dominicana.
No sólo ella, sino también su hija Marianela, que, casualmente, también tiene un cargo en el municipio.
Cuando el escándalo ya no se podía tapar ni con protector solar, Zenteno salió a pedir disculpas. ¿Por qué? Porque “se olvidaron de firmar” el decreto.
Lo más delirante fue escucharla negar que la mujer en bikini en la foto filtrada fuera ella. “Hace años que no uso bikini”, dijo, como si el problema fuera la malla y no la mentira descarada de haberse ido sin avisar y dejar el cargo vacante. Silencio, evasivas y acting de víctima.
Mientras tanto, el presidente del Concejo Deliberante, Lucas Cisterna, se desayunó por WhatsApp que tenía que asumir el mando porque la intendenta tenía una “indisposición”.
La cosa se pudre más: la denuncia presentada por el titular de la Juventud Radical incluye registros de Migraciones que prueban la salida del país, y pide investigar si Zenteno usó fondos públicos para sus vacaciones caribeñas. Malversación, encubrimiento, abandono de funciones… el bingo de la impunidad.
Pero no, el problema no es que te fuiste en medio del quilombo, no es que mentiste, ni que ocultaste todo. El problema es que la oposición “hace circo”.
Zenteno pidió que se discutan “temas importantes”. Bueno, empecemos por este: ¿por qué siguen gobernando como si Catamarca fuera una finca privada donde se rascan a cuatro manos mientras el pueblo se muere de hambre?
Y mientras Jalil mira para otro lado, como hace cada vez que sus funcionarios quedan embarrados, el peronismo local hace equilibrio entre el cinismo y el silencio. Todo sea por no manchar el “modelo”.