Al lugar arribó el fiscal Hugo Costilla y en un principio estableció que Olás sea demorado por averiguación de los hechos. Sin embargo, horas después y a medida que el peritaje avanzaba, ordenó que fuera detenido por el femicidio de Gallo Arias.

En cuanto se conoció la autopsia de la mujer, los investigadores confirmaron que había muerto por asfixia mecánica. Entre las pruebas en contra del acusado, trascendió que la evaluación de los médicos detectó que tanto Gallo Arias como Olas tenían lesiones en distintas partes del cuerpo, las cuales eran compatibles a un intento de defensa por parte de la víctima; informaron medios locales.

Ante las pruebas recabadas, el fiscal general Alejandro Dalla Lasta remarcó a Télam que “el hecho está esclarecido” y aseguró que no existen dudas de que el acusado “con los indicios que existen de prueba hasta el momento recabados por la instrucción, habría cometido el hecho”.

El acusado fue indagado por el delito de “homicidio doblemente agravado por mediar una relación de pareja y por femicidio, es decir, por mediar también violencia de genero preexistente”, remarcó Dalla Lasta.

Ante el fiscal de la causa Hugo Leandro Costilla, y la Defensora Oficial 4, María Lorena Paschetta, el detenido escuchó la acusación y por recomendación de la abogada se abstuvo de declarar.

Más allá del informe de la autopsia, también resultó clave las declaraciones testimoniales y otros elementos de interés para la causa. De ese modo, el fiscal “ha tenido en cuenta dichas circunstancias para precisamente calificarlo como un homicidio doblemente calificado”.

De acuerdo a lo informado por diario El Ancasti, Olás prestaba servicios de seguridad en el emprendimiento minero en Farallón Negro y en septiembre había sido denunciado por Ayelén. En ese momento la joven lo acusó por violación de domicilio y aclaró que no había sufrido lesiones ni recibido amenazas por parte del padre de sus hijas. Pese a la denuncia realizada, la fiscalía confirmó que al momento del femicidio se encontraban en pareja dado que “habían regresado”.

En lo que va del año y con el caso de Ayelén, se registran tres femicidios en Catamarca. La muerte de la joven conmocionó a los vecinos y marcharon entre llantos, pedidos de justicia y una reforma judicial feminista.

Por las calles céntricas de Catamarca se movilizaron familiares, amigas, vecinos, representantes de colectivos feministas y dirigentes políticas para exigir el cese de los femicidios. Además, cuestionaron la falta de protección hacia las víctimas.

Durante la movilización, una de las mujeres tomó la palabra y entre lágrimas remarcó: “Ella sí denunció, sí hizo lo que nos piden que hagamos, sí llamó al 144 y sin embargo no la escucharon. Esto se podía haber evitado tranquilamente”.